4 razones por las que no se cierran los centros educativos en esta pandemia

Red IDEI
3 min readFeb 7, 2021

Antonio Matas Terrón

Estamos a vueltas con la transmisión del coronavirus y esta pesadilla sin fin. En el último post de noviembre, ya hablábamos de las Universidades y Centros de Secundaria como vectores de contagio. Aquí volvemos a insistir, pero dando un paso más, apoyándonos en un reciente artículo de Nature.

En dicho artículo (ENLACE) se hace un análisis del impacto que las medidas no sanitarias tomadas por los gobiernos, han tenido en la reducción de la pandemia. Lo principal para nosotros es el cuadro que a continuación reproducimos y que ordena de más eficacia a menor eficacia.

A estas altura, no nos llama la atención que uno de las medidas más efectivas es “cerrar los centros educativos” sólo por debajo de evitar pequeñas reuniones, y muy por encima del confinamiento.

Fuente: https://www.nature.com/articles/s41562-020-01009-0/figures/1

Pero ¿qué está ocurriendo para que esta medida no sea adoptada de forma generalizada? Vamos a exponer algunos problemas que subyacen a que no se cierren los centros educativos. Todo esto está basándonos en nuestra experiencia, y en las charlas que hemos tenido entre colegas docentes en activo, de todos los niveles educativos, por lo que es motivo de debate y por supuesto, debe tomarse como una visión parcial de la realidad.

  • Problema 1, la imposibilidad de un alto porcentaje de docentes para adaptar su enseñanza al modelo virtual. En la base de este problema está el hecho de que toda la inversión en formación en nuevas tecnologías que se hizo durante décadas, ha sido para nada. Además, a esto se une la falta formación, la falta interés, y el desconocimiento de gran parte de maestros y docentes sobre cómo aprenden las personas.
  • Problema 2, los padres y madres no saben qué hacer ni cómo organizarse si tienen que atender a sus hijos las 24 horas. Bajo el discurso “no podemos renunciar a la presencialidad” que por cierto, carece de fundamento tanto como decir que “sólo se aprovecha el 10% de la capacidad cerebral” los progenitores tratan de esconder su falta de capacidad para gestionarse cuando no pueden dejar a sus vástagos en el aparcamiento que ofrece la escuela.
  • Problema 3, los gestores educativos no tienen ni idea de cómo gestionar la enseñanza online. Estamos ante la consecuencia de contar con un sistema educativo integrado por personas más preocupadas por la ideología de turno que por la resolución efectiva de problemas.
  • Problema 4, los estudiantes no consiguen adaptarse. La situación afecta también a la (in)campacidad de adaptarse a un alumnado acostumbrado a un sistema de aprendizaje basado en la memorización de conceptos y su reproducción de acuerdo a las expectativas del docente. Principalmente dramático es escuchar a este sector decir que no es posible hacer prácticas (esto es cierto sólo en algunas materias, pero no en todas) ni asumir que en la enseñanza online, la evaluación no puede basarse en comprobar si se conoce una idea, sino en comprobar que se ha entendido dicha idea (esto lo dejamos para otro momento).

Y por último, otro problema añadido: a la ciudadanía esto no le importa. Estamos en un entorno social preocupado por el “circo” y el “pan” que no vé más allá.

Por el momento creemos que es suficiente. Ha quedado un post algo pesimista, pero la materia prima no permite mucho optimismo.

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